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d) El argumento sociológico para llevar a la existencia de Dios

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Waves Break to Shore at Coral CoveEste argumento ha sido planteado actualmente por el sociólogo José Pérez Adán, y lo trataremos de exponer, tal como lo hace su autor, de la manera más clara posible. Es un argumento en tres partes, con la impronta de la ciencia social, mirando dentro de la razón del ser humano. Este argumento se basa en la interpelación que la humanidad en su conjunto hace al hombre concreto. Este argumento hace un análisis empírico de datos sociales: parte de la experiencia social, para argumentar a partir de esa experiencia, y de los datos objetivos de los fenómenos sociales. Además, en este argumento se valora la verificación histórica a posteriori: es decir, sus datos son verificados por los hechos de la historia. En efecto, la historia nos dice cómo somos, y cómo podemos llegar a ser mejores, a través de su herencia y de sus consecuencias. Por ello la historia es tomada en cuenta en las pruebas y argumentaciones de la vía sociológica. Es un argumento en cuatro partes.

La primera parte del argumento es el consentimiento universal de la existencia de Dios,

Ya los vimos al hablar de los argumentos antropológicos.  Aquí resaltaremos un elemento con la impronta de la sociología, y es el siguiente: el sujeto colectivo (la humanidad) tiene una opinión casi unánime en la cuestión de la creencia en Dios. Los hombres en su mayoría siempre han creído en Dios, y lo normal en el hombre ha sido creer en Dios, tanto diacrónica como sincrónicamente. Diacrónicamente porque según la antropología y la historia, lo normal es que en casi todas las culturas han creído en la existencia de Dios desde tiempos inmemoriales, constatando así que el ser humano es un ser naturalmente religioso. Sincrónicamente porque en la actualidad casi todos los pobladores del planeta tierra creen en Dios. De hecho, prácticamente el 90 % de la humanidad hoy en día, cree en Dios.

La segunda parte de este argumento sociológico viene de la cuestión de los milagros.

Es la prueba sociológica más contundente. El milagro es un dato empírico que sólo tiene explicación por causas sobrenaturales. Apunta directamente a la existencia de Dios, a la existencia de un ser que actúa en la naturaleza de modo sobrenatural. Es un hecho que además los milagros han producido la conversión de una multitud de ateos, que tuvieron que rendirse ante la evidencia de los hechos milagrosos por más que no hayan querido creer. Fue el caso del premio nobel de medicina Alexis Carrel (1873-1944), quien se convirtió en 1903, por haber contemplado un milagro en Lourdes (Francia). Podemos afirmar que el milagro es un hecho incontrovertido (no sujeto a controversias) hoy en día, porque todos, aún los no creyentes, tienden a aceptarlo. Y es así que se han dado multitud de milagros en el siglo XX, demostrados por las disciplinas científicas. Esto se puede ver en las causas de canonización y beatificación en la Iglesia católica, en las cuales se investigan milagros atribuidos a la intercesión de los beatos y santos. La Congregación para la Causa de los Santos, institución vaticana encargada de llevar los procesos de canonización y beatificación, estudió y demostró miles de milagros para los múltiples procesos que estaba llevando de siervos de Dios y venerables. Por ejemplo, durante su largo pontificado, Juan Pablo II beatificó y canonizó a más de mil personas (1341 beatificaciones y más de 400 canonizaciones). Esto implica que la Santa Sede estudió y certificó 1732 milagros en los 24 años de pontificado del beato Juan Pablo II. Esto es una prueba de que los milagros ocurren hoy en día, y son una realidad tan patente, que ante ellos la ciencia no puede mirar hacia otro lado. Si existen los milagros, y sí existen, entonces debe existir una causa sobrenatural que haga posibles los milagros, y a esa causa la llamamos Dios.

La tercera parte del argumento procede por el camino de las conversiones.

Hay otros fenómenos sociales a través de los cuales podemos demostrar la existencia de Dios. Uno de los más asombrosos es el fenómeno de la conversión, del cual diremos que el hecho de que ocurra a diario no le resta asombro. Las múltiples conversiones que tienen lugar en el mundo cada día se pueden constatar a través de portales de internet o en las redes sociales. Es un hecho pues que cada día se convierte en el mundo un montón de gente. Y esto es un dato social, es un testimonio de verificación. Si alguien nos dice que ha conocido a menganito, le solemos creer. Pero en cambio, ¿cómo reaccionamos si alguien nos dice: “he conocido a Dios, no le conocía antes, pero ahora le conozco”? El hecho es que nos solemos fiar muy fácilmente del testimonio de alguien que ha conocido un nuevo vecino, pero nos cuesta mucho más creer en el testimonio de quien nos dice que acaba de conocer a Dios. Sin embargo, esta distinción entre un testimonio y otro no es racional. En honor a la lógica, deberíamos dar el mismo valor al testimonio de haber conocido un nuevo amigo, que al de haber conocido a Dios. Si las conversiones se dan, y este es un proceso donde se adquiere un conocimiento nuevo, entonces hay que tomar en cuenta la conversión. La conversión es el conocimiento de algo que está fuera de uno, de alguien externo al individuo, al que llamamos Dios, y que es tan impactante que nos hace cambiar de vida.

Pero hay otro aspecto importante: el testimonio de la persona que conoce a Dios, lo trata, y nos dice que lo trata.

Muchos creyentes aportan el testimonio del trato que tienen con Dios, de las luces que adquieren con ese trato, y de lo que les ayuda el trato con Dios. Es un dato que debemos tener en consideración, y habitualmente la ciencia social lo obvia. En sociología se suele dar un peso muy grande a las encuestas de opinión. Pero el tema de la conversión y del trato con Dios tiene que ver con las estadísticas y la opinión, y la sociología debería tomarlas en cuenta, pero no lo hace suficientemente. El trato diario de los creyentes con Dios es algo real, que existe, algo que es objetivo. El milagro de la conversión es un dato empírico, que la ciencia social puede constatar, y que podemos demostrar con el testimonio del converso, y con el testimonio del que tiene un trato personal con Dios. Así pues, si se dan las conversiones en tantas personas, es porque debe existir ese ser que dicen haber conocido los que se han convertido, y a ese ser llamamos Dios.

La última parte del argumento sociológico tiene que ver con la verificación a posteriori de los efectos de la religión en la cultura.

La cultura religiosa ha producido una excelencia civilizatoria más grande que la cultura antirreligiosa o no religiosa. La verificación a posteriori de la influencia de la religión en la sociedad la podemos constatar de manera individual, a través del fenómeno de los santos. En efecto, los santos han encarnado la religiosidad de manera paradigmática y nos inspiran a cada uno de nosotros. La impronta de los santos en la humanidad es como una luz que guía el progreso del ser humano. La cultura religiosa nos da muchos ejemplos de santos, que han siempre influido positivamente en la civilización. Y si existen los santos, debe existir aquél que los santifica, al cual llamamos Dios.

Written by rsanzcarrera

agosto 8, 2013 a 3:30 pm

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